Este artículo, nace de las ideas propias, y de las cosechadas en un excelente articulo de Marca aparecido recientemente.
El rugby, es un deporte en el que, limitado por un estricto y sagrado reglamento, 30 jugadores se disputan un balón ovalado.
Todos los deportes permiten, ciertas actitudes a la hora de practicarlos.
Nadal por ejemplo sería el equivalente al Real Madrid en el tenis,.
El estilo de ambos es rocoso, fiable, concede pocas oportunidades al rival, y si bien tiene mucha técnica, y calidad, en general, brilla por encima de todo, su físico, su actitud de obrero, su capacidad para soportar la presión y asfixiar al rival, su voluntad superior en apariencia a todas las demás.
El equivalente a eso, en rugby es difícil de encontrar, o mejor dicho, de asignar. Inglaterra, por encima de todas, salvo de Escocia quizá, guarda la esencia del rugby.
¿Qué esencia?
El rugby empezó siendo un deporte en el que el físico se podía imponer al talento. Los delanteros, hacían la diferencia.
La delantera, mediante fases estáticas y dinámicas, marcaba el ritmo de juego, la línea, los ¾ se limitaban a asistir a la delantera y a defender con uñas y dientes pocas ocasiones para brillar en un juego mucho mas embarullado de lo que es hoy en día.
Eso daba vida a un juego con pocos espacios, con mucha agresividad, con partidos a cara de perro en el que los paquetes de delanteros se enfrentaban una y otra vez en cada balón dividido, sangre sudor y lagrimas, solo los MUY buenos, podían lucir cualidades en esas condiciones, era rugby de trincheras, en el que solo un genio táctico o un intrépido jinete podía romper el frente con un movimiento de maestro.
Inglaterra tiene fama, bien merecida de tener una delantera portentosa, machacona, disciplinada, potente, temible en melé, eficaz en touch, dinámica en el moul, agresiva en la abierta.
La calidad, para los ingleses es un artículo de lujo, el mundial que conquistaron, se empezó a ganar en aquel juego de fases de delantera (es decir, balón al paquete de atacantes, que apoyan al receptor para formar un nuevo agrupamiento del que se sale repitiendo la jugada desgastando al paquete de delanteros rival, que salvo error de los atacantes, esta a verlas venir) y Wilkinson, impuso su enorme calidad aprovechando los huecos que le daban los chicos de la melé.
Por ello quizá Inglaterra podría ser considerada como el Real Madrid del rugby, su juego no es feo, en absoluto, simplemente, el esfuerzo y la disciplina, son mas importantes que la técnica o la belleza plástica de las jugadas, pero admitámoslo, hay algo poético en la entrega hasta la extenuación, no es tan bohemia, pero es a su manera muy atractiva.
Francia en rugby seria Federer de tenis o el Barcelona de futbol.
Que calidad, que talento, que vistoso, que irrepetible.
Por algo al estilo de juego francés se le llama Rugby Champagne, la delantera gana al balón y el medio melé y el apertura enlazan dando el balón a la línea donde se ve un movimiento continuo e imparable del oval, que hace que el juego sea cosa de todo el equipo. Este estilo tuvo su máximo exponente en aquella Francia de los ochenta sub campeona del mundo con Sella y Blanco.
Pero las carencias están ahí, le cuesta mucho más ser disciplinado al genio nacido para crear, le falla el físico, y su planteamiento no siempre ha sido efectivo, arriesgar es peligroso.
Si le aprietas, si le trabas el juego, si le exiges físicamente, sufre.
El futbol ha tendido a primar los planteamientos conservadores, el rugby en cambio ha dado alas a los valientes. Gales y Francia han dominado el seis naciones en los últimos años, y son las selecciones europeas mas atrevidas (aunque Francia ha traicionado un poco ese concepto)
Gales, se acerca mucho a la escuela del rugby champagne, para muchos el mejor jugador de la historia del rugby es Galés, Gareth Edwards, Blanco pudo exhibir su rugby en un mundial, Edwards no tuvo esa suerte, pero todos los que lo vieron, describen a la selección galesa de rugby de los 70 como uno de los mejores equipos de la historia.
Escocia, como ya he dicho juega a la Inglesa, mucho oficio pocos riesgos, pese a todo, su fórmula, parece agotada. Aunque hay mimbres, no termina de dar con una hornada que dignifique a los herederos de jugadores como Gavin Hastings, históricos del rugby que llevaron al quince del cardo a lo mas alto.
Irlanda vivió años y años alejada del estilo de Gales y Francia, pero su selección y sus equipos, se acercan a pasos agigantados al estilo del quince del gallo, alejándose de ese rugby rocoso de paquete de delanteros gobernándolo todo.
En el sur, hay 4 selecciones muy a tener en cuenta, Argentina y Sudáfrica tienen un intenso parentesco con Europa.
Sudáfrica juega el 3 naciones desde hace 20 años casi, pero su estilo es opuesto a los equipos de Oceanía, al igual que estos dispone de una superioridad física abismal frente a los Europeos, pero, los springboks, apuestan por una delantera rocosa, temible, con terceras agresivos, y pilieres con mucho oficio. Su juego prefiere reducir los espacios a abrirlos.
Argentina, se desenvuelve muy bien en campo abierto, pero saben que la mejor manera de superar a sus poderosos vecinos es obligarles a bajar la cabeza. Su estilo se acerca más al rugby conservador europeo, que al audaz ideario de Oceanía.
Australia y Nueva Zelanda ofrecen en cambio un verdadero espectáculo, quince tipos, atacando presionando y abriendo espacios todo el partido, ambas selecciones tienen tal capacidad atlética que pueden desarmar a cualquier delantera Europea, Nueva Zelanda es famosa por hacer una fase tras otra con sus delanteros con facilidad.
Pero donde se sienten cómodos los Wallabies y los All Blacks, es en el juego al espacio, en acudir como un tsunami al encuentro del rival moviendo el balón por toda la línea hasta llegar a unos alas enormes e imparables.
Pero donde se sienten cómodos los Wallabies y los All Blacks, es en el juego al espacio, en acudir como un tsunami al encuentro del rival moviendo el balón por toda la línea hasta llegar a unos alas enormes e imparables.
De los siete mundiales de rugby disputados, Europa ha cosechado uno, y el hemisferio sur 6.
Desde el punto de vista estilístico. Sudáfrica e Inglaterra, paladines de cierto estilo conservador han ganado 3 copas. Australia y Nueva Zelanda, por el contrario han ganado 4 finales, y es que su enorme atrevimiento se apoya sólidamente en una cultura rugbylistica inimitable. Solo Gales, podría tener la pasión que muestran los oceánicos por el rugby. Allí jugar al rugby lo es todo, no hay ningún deporte en todo el mundo con tal trascendencia cultural. En Brasil aman al futbol, pero dan grandes baloncestistas, y destacan en otros deportes. En Nueva Zelanda los niños cogen el balón de rugby con fascinación y muy pocos años, y aprenden con él, desde edades impropias en Europa, y son cientos, miles, los niños que con 5 o 6 años ya dan sus primeros pases.
En el ultimo mundial, pese que falto algo más de espectáculo, disfrutamos de dos selecciones prometedoras.
Gales, joven y dinámica, digna de su historia y su camiseta, llego a semifinales, excelente noticia para un equipo que venía a aprender y que ha demostrado tener maneras, competir por el seis naciones, será una obligación si todo va bien.
Australia, tan joven y dinámica como Gales fue derrotada en semifinales también, allí Nueva Zelanda impuso su delantera, los Wallabies, tienen muchos mimbres, pero su paquete de delanteros tendrá que progresar mucho para poder competir de verdad con una Nueva Zelanda muy superior ahora mismo.
Los All Blacks, tienen condiciones para dominar el rugby internacional en los próximos años. Pero, después de todo ¿no las han tenido siempre?
No hay comentarios:
Publicar un comentario