El rugby en España es un deporte minoritario, MUY minoritario, tanto que muchos equipos juegan en campos que una cabra desecharía para el pasto.
Tanto que muchos jugadores pierden año tras año dinero, por la falta total de patrocinadores.
Tanto que la afición que acude a ver los partidos la forman mayoritariamente ex jugadores familiares y amigos, lo cual da a casi todos los campos un aire muy intimo, donde todos se conocen.
Como juego colectivo que es, y por su componente muy físico, es un deporte en el que se sufre mucho y en el que habitualmente se dan circunstancias de lo más pintorescas, añadidle a eso el tercer tiempo, y entenderéis el porqué de este articulo.
El campo (y su llegada y salida del mismo)
El campo de la Avilesina en Asturias, tenía un perímetro de goma a medio metro de la línea de lateral mortal de necesidad. Al acabar el partido era mejor ir a bañarse a la playa que intentar ducharse.
Volviendo de un partido desde Vigo el Oviedo Rugby Club, sus jugadores se detienen en una gasolinera.
Uno de ellos se entretiene en el baño y cuando sale se encuentra con que el autobús avanza por la carretera a casi medio kilometro.
Ni corto ni perezoso el jugador se baja los pantalones y los calzoncillos y se queda totalmente desnudo en el arcén de la carretera haciendo autostop, sus compañeros no tardaron ni 3 segundos en pedirle al conductor que diera la vuelta que se habían dejado a alguien.
Principio de los noventa duelo Getxo Ordizia, el campo es un barrizal, hasta el punto que en un momento dado durante una mele, a uno de los jugadores se le descalza la bota y ante la atónita mirada de sus compañeros el barro se la traga, lograron sacarla, no sin esfuerzo
Los chicos del Oviedo estaban en el Aeropuerto del Prat, en Barcelona, tenían 2 horas libres antes de embarcar vuelta a Asturias, y no se les ocurrió nada mejor que ir a la cafetería del Aeropuerto pedir una ronda tras otra de birras, y acompañar cada cerveza con un chupito de whisky.
En un momento dado, alguien alumbro la idea de embalar al pilier del equipo como si de una maleta se tratase, en un momento dado y cuando el plástico ya envolvía el 90% de su cuerpo, el jugador salió despedido de la base de embalaje y rodo por los suelo ante la atónita mirada de medio aeropuerto.
Los árbitros (y sus queridos amigos los aficionados)
Se celebraba un partido entre dos equipos gallegos en primera nacional, campo embarrado, juego lento y pesado, y muchos golpes, con sus meles, tantas que llegados a un punto el arbitro antes de ordenar la formación de la misma les dijo a los delanteros de ambos equipos “venga chicos, daros vida, que total, vosotros venís aquí a apoyaros y descansar”
Un arbitro en categoría cadete en Madrid pita fuera de juego, al correr un jugador tras una patada de su zaguero (un jugador de rugby, nunca puede ir por un balón pateado por su compañero si este no le adelanta, antes habilitándole para el juego) como los árbitros suelen dar explicaciones en rugby, el colegiado le dijo al jugador sancionado “fuera de juego, yo te conozco, y tu no corres tanto”
10 y media de la mañana, llueve, cuando no graniza, y sopla un viento helado en Zarauz, 3 personas en las gradas viendo el partido, llegan 3 más, venían de cerrar todos los bares de la zona, y nada mas llegar chillan “arbitro hijo puta” el partido sigue mientras el arbitro masca el insulto “¿hijo puta yo? ¿hijo puta yo?”
Tras una touche cercana al lugar donde se encuentran los 3 aficionados el arbitro detiene el juego un segundo se acerca y le suelta un puñetazo al aficionado, se reanuda el partido, y tras una mele cercana le vuelve a soltar un puñetazo al grito de “¿hijo puta yo?”
Al acabar el partido, el aficionado, fue a disculparse al vestuario del arbitro explicando “perdone, pensaba que esto era como en el futbol”
Al acabar el partido, el aficionado, fue a disculparse al vestuario del arbitro explicando “perdone, pensaba que esto era como en el futbol”
Durante un amistoso entre la selección de Castilla León y Rusia, hace años, el arbitro ante las continuas tanganas solo acertaba a poner orden gritando “stop, stop, las ostias” ríete tu de Shakespeare.
Durante una tangana entre Alcobendas y Arquitectura, el arbitro llega tarde y un jugador le reprocha “señor, no ha visto nada” a lo que el árbitro responde “algo he oído”
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