jueves, 24 de noviembre de 2011

Cria cuervos.


Está muy de moda, lanzar acusaciones sin fundamento.
Un buen ejemplo sería que ciertos sectores de la prensa, llamémosles A, acusan a Lionel Messi de ir cargadito de hormonas, de jugar dopado, vaya.
A, no se ha parado a pensar que si hay un futbolista, que asombra, por su físico en el mundo hoy en día es Cristiano Ronaldo, tampoco creó que la prensa reflexioné demasiado, por norma general.
Esos mismos amigos de A, ocurre que se quejan amargamente de los arbitrajes que hacen a otros equipos. La crítica  a los arbitrajes se debe hacer con mesura, yo siempre he sido de la opinión de que en el campo te gana el rival no el árbitro, y pocas veces (España Corea del Sur de 2002, Chelsea Barcelona 2009) he visto partidos en los que me parecía objetivamente ver al árbitro tomar partido.
Por otra parte otro grupo de periódicos, contrarios por sistema a A, llamémosles B, se escandalizan, cuando se habla de tratos de favor arbitrales, pero no dudan en acusar de lo mismo a un equipo que viste de blanco, hasta el punto de que valoran, mas, una mano muy discutible,  qué todo un partido de entradas al límite, fingimientos, y empujones al colegiado, perpetrados por los rivales del equipo que vestía de blanco (en este partido de rojo) y que admitámoslo, a los chicos de B, no solo les importa un comino, sino que les cae antipático.
Los chicos de A, olvidan, que durante años criticaron una cantinela que acusaba a los árbitros de favorecer a un único equipo de la liga.
Quizá A, se queja , con razón, porque cierto equipo ha dejado de ser el único gallo del corral.
Quizá A, debería pensar, que los otros 18 equipos de primera, tienen muchos más motivos, ya que  esos errores les pueden condenar a penalidades económicas muy graves.
Penalidades que ninguno de los dos gallos del corral, sufrirán jamás.
Ocurre ahora, y, es la razón de ser de esta reflexión, que un periódico C, y más en concreto el tenista D, salen a la palestra para acusar al deporte Español en general (que grave me ha parecido al escribirlo) de utilizar sustancias dopantes.
A mí, opiniones al margen, esto me parece escupir para arriba, más que nada, porque no ha habido campeón del mundo más físico que la Francia del 98 (Desailly, Thuram, Viera, Henry…)
Si consideramos que los deportistas se dopan, más que atender a sus cualidades técnicas deberíamos pensar en su condición física, y nunca olvidaré, un Barcelona Juventus en el que Thuram que ya superaba los 30 años por entonces, corrió toda la banda, en el minuto 90.
Dice, el director de C, erigiéndose en mártir, que ellos si tienen cojones a acusar al deporte español, miré, a C, esto le viene de perlas, no sea hipócrita, pone en duda, la honestidad de unos deportistas, con el argumento de que tiene lo que hay que tener, pero no lo tiene.
Porque en esta vida, para dudar públicamente de una persona, lo primero que necesitas son pruebas, no sospechas, porque una acusación cuando es particular es muy grave.
No hay peor, ni más cruel, ni menos consciente del daño que hace, tribunal, que la opinión pública.
Lo más gracioso de todo, es que A, y sus antagonistas de B, se han unido por diferentes motivos, para defender al deporte español, y los que se han acusado históricamente de dopaje, claman al cielo porque otros acusen a sus protegidos de lo mismo.
La mejor respuesta, la de Toni Nadal.
A los periódicos deportivos que hoy se escandalizan, por las acusaciones vertidas, solo les diría.
Cría cuervos, y te sacaran los ojos.

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