lunes, 20 de febrero de 2012

Poniendonos al día

El tenis es sin duda, uno de los deportes más exigentes psicológicamente hablando.
El sistema del ranking, el hecho de ser un deporte individual, los matices del marcador, tantas cosas.
A eso debemos añadir lo difícil (aunque Nadal lo haga fácil) que es introducir variantes en el estilo de juego, como consecuencia es bastante fácil (y habitual) que los jugadores de éxito pronto vean que sus rivales encuentren una respuesta a un estilo hasta entonces infalible.
Eso hace que solo los jugadores con una cualidades muy depuradas (Sampras, Federer) o una gran capacidad evolutiva en su juego (Agassi, Nadal) logren un éxito que los haga verdaderamente grandes.
Novak Djokovic siempre había sido un niño prodigi,o un tenista con un talento  casi a la altura  de Roger Federer.
También con una cabeza y un físico algo inestables que le impedían estar a la altura de los grandes tenistas del momento (Roger Federer y Rafael Nadal)
El año pasado todo pareció encajar en la carrera del Serbio.
Al fin encontró la estabilidad a todos los niveles, esto le permitió competir con un Federer en claro retroceso y un Nadal, a cuyo juego supo encontrar respuesta, y que no estaba a su mejor nivel.
El año pasado, Djokovic demostró una enorme versatilidad, solo así se puede ganar en 3 de los 4 grandes, y ser semifinalista en el otro.
También una capacidad psicológica hasta ahora desconocida en él, que le permitió superar al mejor tenista del circuito en el plano mental (Rafael Nadal) y un talento de leyenda.
Este año, todos los grandes, buscarán adaptarse a su estilo,  encontrar fallos en el casi perfecto estilo del serbio, Novak es el rival a batir.
El open de Australia, evidenció que Nadal ha recuperado (parcialmente) su nivel y que Djokovic es capaz de responder al desafio de ser el referente.
La temporada será larga, y las distancias parecen haberse acortado. Un nuevo éxito de Djokovic (repetir  o superar la gesta del año pasado) le posicionaría como  uno de los grandes de la historia, poniéndole a la altura de Federer y Nadal.
Con los juegos olímpicos de por medio, un Murray mas ambicioso que nunca, y Federer y Nadal  de vuelta la batalla por el número uno se presenta apasionate.

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